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El escudo del planeta, en nuestras manos para evitar su deterioro

El pasado viernes se celebró el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono. Sirve para concienciar sobre las acciones que ayudan a cuidar esta franja de gas que protege el planeta. Gestos sencillos como descartar el uso de aerosoles que contienen clorofluorocarbonos o apostar por la energía fotovoltaica son clave en la regeneración de la capa de ozono

Indagando entre las acepciones del significado de ‘capa de ozono’ en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (RAE) encontramos la siguiente definición: Capa donde se concentra el ozono atmosférico, de espesos variable y situada entre 10 y 50 km de altura, que es de gran importancia biológica porque filtra la radiación ultravioleta. En otras palabras, como lo especifica la Organización de las Naciones Unidas (ONU), es una franja frágil de gas que protege la Tierra de los efectos nocivos de los rayos solares, contribuyendo así a preservar la vida en el planeta. Hay que retroceder en el tiempo, concretamente a 1987, para entender la proclamación del Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono cada 16 de septiembre. La energía fotovoltaica contribuye la regeneración de la capa de ozono.

Este 2022 se cumplen 35 años desde que se firmó el importante Protocolo de Montreal. Por ello, el lema este año es ‘Protocolo@35 Montreal: Cooperación global para proteger la vida en la Tierra. ¿En qué consistió? Fue un acuerdo medioambiental para poner freno al agotamiento que estaba sufriendo la capa de ozono. Se tomaron medidas para su protección a través del control y la eliminación de la producción de sustancias nocivas y químicas para el medio ambiente. Tal ha sido su efecto que en la actualidad se ha reducido considerablemente la radiación ultravioleta del sol que llega a la Tierra protegiendo la salud humana (cáncer de piel, por ejemplo) y la naturaleza (daños irreparables).  

¿Por qué es importante la capa de ozono?

Esta envoltura, que se encuentra en la estratosfera, se encarga de absorber gran parte de la radiación ultravioleta del Sol dañina para los seres humanos. El uso de determinados productos y sustancias químicas provocaron que fuésemos perdiendo parte de ella, es decir, que la barrera se fuese desgastando. Estos son los clorofluorocarbonos, gases de uso diario que desprenden frigoríficos, aires acondicionados, espumas aislantes y botes de spray creando un agujero en nuestra capa de ozono. Las pruebas científicas avalan lo expresado en el párrafo anterior, al igual que el cambio climático también amenaza la capa de ozono

Los expertos afirman que el aumento de la temperatura del planeta puede ralentizar la regeneración de la capa e, incluso, promover su destrucción. Por otro lado, esperan que el ozono se recupere por completo en el 2030 en el hemisferio norte. En el 2050 en el hemisferio sur y en las regiones polares tendría que esperarse unos 10 años más. Hoy en día se puede ver la evolución de la capa de ozono en esta mapa mundial elaborado por la NASA, donde los instrumentos satelitales monitorean la capa de ozono. Con esa herramienta usan los datos para crear las imágenes que representan la cantidad de ozono que existe. 

La energía solar, clave en la recuperación del ozono

Existen diferentes medidas para evitar que las sustancias nocivas entren en contacto con el ozono. Descartar el uso de aerosoles que contienen los desodorantes, insecticidas o perfumes; comprar productos de kilómetro cero evitando emisiones de traslado (desplazamiento de menos de 100 kilómetros desde su punto de fabricación al de venta); reducir el uso de vehículos a motor y apostar por el transporte público o la bicicleta; evitar los halones de los extintores y limpiar con productos ecológicos libres de tóxicos. 

Estas son algunas de ellas, aunque existen otras como el uso de energías renovables, en especial la solar fotovoltaica, que contribuyen a la regeneración de la capa de ozono. Gracias a las instalación de paneles solares se reducen las emisiones de dióxido de carbono tanto en viviendas como en grandes industrias. Esta apuesta ha acelerado los procesos de adaptación y mejora para crear empresas más sanas/ecológicas, menos contaminantes y de máxima eficiencia. Confluyen aquí la eficiencia energética y el rendimiento energético. El autoconsumo favorece principalmente al ahorro en la factura, pero es una acción vital para reducir la emisión de gases invernadero cuidando así la capa de ozono. 

Ha quedado claro que la energía fotovoltaica contribuye la regeneración de la capa de ozono. Como bien sabemos, una de las principales ventajas de esta tecnología y con la que trabajamos en PubliSolar es utilizarla para el autoconsumo. Desde la empresa, gracias a nuestros servicios de fotovoltaica y asesoramientos energéticos, ayudamos a las personas a reducir la facturación de las compañías eléctricas. Si tiene algún tipo de duda o necesita información acerca de ello, póngase en contacto con nosotros en el 696 107 971 (incluido WhatsApp). También a través del correo info@publisolar.es.

Redacción Vere Álvarez N.

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